Hoy, en Maná del Lunes, presentamos: DOMINANDO EL ARTE DE DELEGAR, una reflexión de Rick Boxx.
Delegar. Para algunas personas es fácil, pero para otras puede ser muy difícil. «¡Si quieres que algo salga bien, hazlo tú mismo!», razonan. Cuando uno está acostumbrado a hacer el trabajo por sí mismo, puede resultar un reto entregar proyectos valiosos a otros. Sin embargo, muchas veces hay más trabajo del que una sola persona podría realizar. Así que aquí presento cuatro pasos que me han resultado útiles para aprender a delegar parte de la carga laboral en otros.
El primer paso es: reconocer y admitir que necesitas ayuda. Encontramos un buen ejemplo de esto en el Antiguo Testamento de la Biblia. Después de que Moisés pasara un día muy largo juzgando casos legales que le llevaban, su suegro Jetro le advirtió: «…No está bien lo que haces. Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo» (Éxodo 18:17, RVR1960).
Moisés nunca había considerado la delegación antes, pero rápidamente reconoció su valor. Si últimamente has tenido días de trabajo demasiado largos, pregúntate: «¿Hay tareas que debería estar delegando?»
El segundo paso es: enseñar a los miembros de tu equipo tus principios rectores y expectativas. Bill era presidente de un banco, conocido por mantener una cartera de préstamos limpia. Se enorgullecía de tener muy pocos pagos atrasados. Si un préstamo se retrasaba un día en el pago, Bill esperaba que sus prestamistas llamaran al cliente ¡ese mismo día! Sus altos estándares establecían una expectativa distinta de todo lo que yo había experimentado antes.
En Éxodo 18:20, Jetro instruyó a Moisés: «Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer» (RVR1960). Al entrenar a tu equipo para que entienda tus valores y expectativas, surgirán menos problemas que tengas que resolver personalmente.
El tercer paso es: elegir personas capaces, honestas y dignas de confianza. Cuando yo era un joven prestamista comercial, mi jefe y yo contratamos a una nueva asistente ejecutiva. En su primera semana le asigné a Brenda un proyecto que podría haberle tomado toda una semana. En un solo día, Brenda terminó una semana de trabajo y lo hizo perfectamente. Nuestra nueva asistente demostró ser honesta, profesional y confiable. Mi nivel de confianza en Brenda creció enormemente y descubrí el poder de la delegación. Ella había aligerado significativamente mi carga.
Como Jetro le dijo a Moisés: «Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez» (Éxodo 18:21, RVR1960). Contratar a las personas correctas es fundamental para delegar con éxito.
El cuarto paso es: establecer una estructura organizacional efectiva y comenzar a delegar. Bill era presidente de cinco sucursales. Dividió las operaciones del banco en banca minorista y banca comercial. Yo dirigía el área comercial. Cada lunes, Bill me asignaba una pila de expedientes y me pedía fijar una fecha de cumplimiento. Si no los terminaba, Bill llamaba. El banco prosperaba, y él disfrutaba de más golf.
Finalmente, «Escogió Moisés varones de virtud de entre todo Israel, y los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez. Y juzgaban al pueblo en todo tiempo; el asunto difícil lo traían a Moisés, y ellos juzgaban todo asunto pequeño» (Éxodo 18:25-26, RVR1960).
A medida que tu negocio crezca, necesitarás una estructura de rendición de cuentas y la disposición para delegar el trabajo. Al distribuir responsabilidades de manera equitativa, nadie se sentirá abrumado, y aún así podrás tener la última palabra cuando surjan circunstancias complejas o difíciles.
Preguntas para reflexión/discusión
- ¿Cómo describirías lo que significa delegar responsabilidades, ya sea en el lugar de trabajo o incluso en un entorno familiar? ¿Cuáles son algunos de los retos al hacerlo?
- Cuando se trata de delegar asignaciones de trabajo, ¿qué tan fácil es para ti hacerlo? ¿Cómo te has sentido cuando alguien no quiso delegar un trabajo que eras totalmente capaz de realizar?
- ¿Cuáles son algunos de los problemas que pueden surgir cuando el trabajo no se delega adecuadamente?
- ¿Por qué es importante establecer un nivel de confianza en el proceso de delegar responsabilidades laborales? ¿Qué sucede cuando las personas no cumplen con la confianza que se les ha dado? ¿Merecen una segunda oportunidad? Explica tu respuesta.
Desafío para esta semana
¿Eres una persona que le gusta tener el control, que prefiere hacer el trabajo por sí misma en lugar de delegar para asegurarse de que se haga a tus estándares? En muchos casos esto no tiene nada de malo, a menos que estés cargando demasiado sobre tus propios hombros.
Tómate tiempo esta semana para evaluar qué tan bien delegas asignaciones, no solo para aligerar tu propia carga, sino también para preparar a otros para que hagan el trabajo cuando tú no estés disponible. Podría ser útil conversar esto con un amigo de confianza, un mentor o un grupo de rendición de cuentas para conocer sus perspectivas.