Hoy, en Maná del Lunes, presentamos: SIENDO REORIENTADOS, NO REEMPLAZADOS, una reflexión de Chris Simpson.
Para muchos de nosotros en el mundo laboral, nuestro trabajo —lo que hacemos— es una gran parte de nuestra identidad. ¿Qué impacto debería tener entonces cuando buscamos incorporar la fe en la manera en que llevamos a cabo nuestras responsabilidades vocacionales? Encontramos el mejor ejemplo en cómo Jesucristo abordó esto al escoger a sus seguidores más cercanos.
Cuando Jesús llamó a Pedro y a Andrés, no les despojó de su identidad. «Vengan, síganme, y los haré pescadores de hombres» (Mateo 4:19, NVI). Jesús no les dijo: «Olviden todo lo que saben». En cambio, habló a su vocación como pescadores y la redefinió: «…los haré pescadores de hombres». En esencia, estaba diciendo: Todo aquello que los ha moldeado —sus habilidades, sus instintos, su rutina diaria— Yo lo puedo usar. Pero ahora, para algo eterno.
Jesús no reemplazó su identidad; la reorientó. Y de esta manera precisamente nos llama hoy.
A menudo asumimos que seguir a Jesús significa alejarnos de la carrera, la capacitación, la historia que hemos vivido hasta este punto, como si ser su discípulo requiriera empezar desde cero. Pero ese no es el evangelio. El llamado de Cristo no es abandonar nuestro pasado, nuestras habilidades, nuestra experiencia, sino rendirlas. No se trata de convertirnos en alguien distinto, sino de permitirle redimir lo que ya somos.
Dios ha diseñado soberanamente tus experiencias, tus dones, tu red de contactos, tu educación e incluso tus luchas. Descartarlos no solo sería un desperdicio, sería también una falta de fidelidad. Implicaría que Dios no ha estado obrando todo este tiempo, preparándote para ser útil en Su Reino. Pero Él sí ha estado obrando. Siempre.
Fui testigo de esto en carne propia durante mi tiempo en el Servicio Secreto de los Estados Unidos. La misión era exigente: asegurar entornos, proteger vidas, anticipar amenazas. Yo me tomaba esa misión en serio. Pero comencé a darme cuenta de que Dios no me había llamado a salir de esa misión para servirle, sino a filtrarla a través de mi fe.
Un día, en lo profundo de la selva camboyana, nos preparábamos para una visita de la primera dama, la esposa del presidente. Era solo otro sitio de avanzada. Pero Dios tenía otros planes. Ese día se convirtió en el inicio de una relación centrada en el Evangelio con otro agente de Nueva York. Esa conversación, nacida de la cercanía profesional, se transformó en años de mentoría, oración y discipulado, hasta que el Señor finalmente llamó a mi amigo y compañero agente a su hogar eterno. Todo se desarrolló no a pesar de mi profesión, sino precisamente a través de ella.
Así es como Jesucristo obra. Él no desperdicia ni un momento de tu historia. Aquellas cosas que pensabas que eran seculares, irrelevantes o «solo tu trabajo», podrían ser en realidad los instrumentos mismos mediante los cuales Él llama a otros hacia Sí. Así que no pienses que la invitación a seguir a Jesús significa dejar todo lo familiar atrás. Significa poner todo lo que eres y todo lo que has recibido en Sus manos, y confiar en que Él lo reorientará para Su gloria.
Has sido dotado por una razón. Estás en el lugar donde estás con un propósito. Separar tu llamado de tu contexto es malinterpretar ambos. El llamado de Cristo no es descartar tu historia, sino declarar un nuevo propósito sobre ella: Las mismas manos. Los mismos instintos. Pero… Nueva misión. Nuevo Señor.
Preguntas para reflexión/discusión
- ¿De qué maneras tu carrera te ha preparado para tener un impacto en el Reino, quizás sin que lo notaras en ese momento? Seguimiento: ¿Cómo podrían tus habilidades actuales, relaciones o posición estar hoy especialmente alineadas para influir con el Evangelio?
- Jesús reorientó la vocación de los discípulos en lugar de reemplazarla. ¿Cómo podría esto desafiar nuestras suposiciones sobre lo que significa «servir a Dios» en el ámbito laboral? Seguimiento: ¿Alguna vez sentiste presión de separar tu fe de tu trabajo? ¿Por qué crees que existe esa división?
- Al reflexionar sobre tu propia historia, ¿dónde ves señales de que Dios ha estado obrando «redimiendo, no descartando» tu pasado? Seguimiento: ¿Qué parte de tu recorrido profesional ves ahora de manera diferente a causa de tu fe?
- ¿Qué significaría de manera práctica «filtrar tu misión a través de tu fe» en tu industria o empresa?
Desafío para esta semana
¿Existen conversaciones que debas tener, decisiones que tomar, o relaciones que establecer o fortalecer esta semana mediante las cuales puedas comenzar a vivir intencionalmente estas verdades? Que Dios no desea reemplazar tu identidad, ni reubicarte en otro lugar, sino reorientar quién eres, lo que haces y dónde estás para involucrarte activamente en Su obra en el Reino.
Si conoces a alguien que parece tener un buen entendimiento de lo que significa vivir su fe en el lugar de trabajo, quizá quieras agendar un momento para conversar con esa persona acerca de lo que ha aprendido.