¿Es verdad para ti, pero no para mí?

¿Cómo le responderías a alguien que dijera: «Eso puede ser cierto para ti, pero no para mí»? ¿Estás de acuerdo con el concepto de que la verdad es subjetiva, depende de las perspectivas y convicciones de cada individuo? ¿Has considerado alguna vez la importancia y el impacto de creer que existe una verdad absoluta al determinar si algo es cierto o no? ¿Qué referencia utilizas para definir lo que es verdad?

Hoy, en Maná del Lunes, presentamos: ¿ES VERDAD PARA TI, PERO NO PARA MÍ?, una reflexión de Fritz Klumpp.

«¿Es verdad para ti, pero no para mí?». Me sorprendió que el piloto de línea aérea con el que estaba hablando pudiera creer que la verdad es subjetiva, que se basa simplemente en lo que uno siente que es correcto. ¿Cómo podía un capitán de línea aérea hacer una declaración así, sabiendo que su vida, así como la de sus pasajeros, dependían de su capacidad para tomar decisiones correctas basadas en la verdad absoluta?

A menudo, como cuando se trata de una emergencia en pleno vuelo o cuando se vuela por instrumentos durante una aproximación con poca visibilidad, no hay absolutamente ningún margen de error. Sin embargo, he descubierto que personas como ese piloto comercial no son la excepción. Vivimos en un mundo en el que la mayoría de las personas creen que no existen verdades absolutas, que todo es relativo y está sujeto a la interpretación individual.

Hace años, mi amigo, el coronel Nimrod McNair, dijo: «Fritz, los principios empresariales que enseña la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard y que realmente funcionan están basados ​​en las Escrituras». Sí, son enseñanzas que encontramos en la Biblia. Continuó explicando que eso no significaba necesariamente que los administradores y el cuerpo docente de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard lo entendieran así. Nimrod también señaló que se enseñan muchos principios que no funcionan.

No obstante, Nimrod dijo: «La verdad es la verdad, no importa dónde la encuentres», y si alguien aplica esos principios, debe esperar ciertos resultados. Nunca he olvidado las palabras de mi amigo y, a lo largo de los años, mediante la observación, he puesto a prueba su premisa.

Durante 30 años trabajé para una empresa que había sido bendecida con una buena gestión. Con el tiempo, me di cuenta de que su éxito podía atribuirse al hecho de que operaban según tres principios básicos: no endeudarse, cuidar a su gente y cuidar a sus clientes. Ya sea que lo supieran o no, cada uno de estos principios es bíblico.

Por ejemplo, Proverbios 22:7 dice: «El rico se enseñorea de los pobres, Y el que toma prestado es siervo del que presta» [RVR]. Si evitas las deudas, ya sea de manera individual o corporativa, tienes la libertad de usar tus recursos financieros de la mejor manera posible, sin estar restringido por un acreedor.

Otro pasaje de Proverbios observa lo siguiente: «Mantente al tanto del estado de tus rebaños y entrégate de lleno al cuidado de tus ganados, porque las riquezas no duran para siempre, y tal vez la corona no pase a la próxima generación […] tus ovejas proveerán la lana para vestirte, y tus cabras servirán para comprar un campo. Y tendrás suficiente leche… para ti, para tu familia y para tus criadas» [Proverbios 27:23-27 NTV]. El principio aquí es que, si cuidas adecuadamente a tu gente, ellos cuidarán de ti.

Desafortunadamente, el último director ejecutivo antes de mi jubilación cambió de rumbo. A medida que abandonó sistemáticamente estos principios, la fortuna de la empresa cayó, lo que finalmente llevó a la empresa a la quiebra.

Cuando Poncio Pilato, gobernador de Judea, le preguntó a Jesús de Nazaret si era rey, respondió: «Bien dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad». Lamentablemente, Pilato simplemente respondió: «¿Qué es la verdad?» [ver Juan 18:37-38].

Una vez más, «La verdad es la verdad, no importa dónde la encuentres». Puedo decir honestamente que la mayoría de los fracasos y el dolor que he experimentado en los negocios y en mi vida personal se pueden atribuir a la violación de principios y preceptos que están claramente establecidos o enseñados con el ejemplo de las Escrituras.

Preguntas para reflexión/discusión

1. ¿Cómo le responderías a alguien que dijera: «Eso puede ser cierto para ti, pero no para mí»? ¿Estás de acuerdo con el concepto de que la verdad es subjetiva, depende de las perspectivas y convicciones de cada individuo?

2. ¿Has considerado alguna vez la importancia y el impacto de creer que existe una verdad absoluta al determinar si algo es cierto o no? ¿Qué referencia utilizas para definir lo que es verdad?

3. ¿Cuál sería tu reacción si te encontraras con un profesional cuyo trabajo depende de la precisión, como un piloto de avión, un ingeniero de construcción o un neurocirujano, que no creyera en la existencia de la verdad absoluta?

4. Aplicando el concepto de verdad absoluta y no subjetiva a cuestiones de fe, ¿cómo crees que deberíamos responder a las verdades presentadas en la Biblia? ¿Hay lugar para la interpretación y aplicación subjetivas?

NOTA: Si tienes una Biblia y te gustaría leer más, considera los siguientes pasajes: Salmo 51:6, 119:43-45; Juan 8:31-32, 14:15-17, 16:13; 2 Corintios 1:12-13

Desafío para esta semana

Esta semana podría ser un buen momento para revisar tu actitud hacia la verdad, especialmente en lo que se refiere a tu forma de conducir tu vida cotidiana. ¿Ajustas tu percepción de la verdad en función de las circunstancias del momento, lo que a veces se ha denominado «ética situacional»? Podría ser interesante hablar con otra persona en el trabajo, o con un pequeño grupo del que formas parte, para conocer sus perspectivas sobre lo que creen acerca de la verdad y cómo determinan lo que es verdad.

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